martes, 17 de marzo de 2009

Estrategia de intervencion para poblaciones afectadas por la violencia politica en zonas rurales

A mediados del mes de marzo del 2008, se culminó en Apurímac con la primera fase del Registro de Víctimas por la violencia política en la región. De acuerdo a este registro, los afectados directos por la violencia política en Apurímac suman 10,806 personas, donde cerca del 70 por ciento de los registrados fueron varones.

El 48 por ciento de los afectados, son personas que a pesar de la violencia vivida optaron por permanecer en sus comunidades, conservando sus parcelas, sus viviendas y parte de sus activos, aunque en su gran mayoría estas parcelas no son mayores a 1 hectárea. Estas personas experimentan hoy en día una economía basado en el autoconsumo, con una dieta generalmente basada en carbohidratos, y sopas, con una notoria ausencia de una dieta equilibrada.

Los productos producidos son en su gran mayoría, productos de bajo valor agregado y cuya producción esta netamente dirigida a un mercado local o para la venta a un intermediario del mismo, con lo cual sus ingresos mensuales no superan en su gran mayoría los 150 soles mensuales.

La problemática de los desplazados, no es lejana a la primera. Estas personas que migraron de sus comunidades, mayormente obligadas por causa del terror hacia las zonas periurbanas y urbanas de las principales ciudades, representan el 52 por ciento de los afectados. Esta población viven mayormente en casas alquiladas, ejercen diversos tipos de actividades en muchos casos, solo para subsistir. Estos pequeños emprendedores tienen un capital de trabajo de S/.30 como promedio y en su gran mayoría no cuentan con una formación que les permita desarrollar sus capacidades emprendedoras y articularlas hacia planes de desarrollo mayores.

Los afectados se dedican en su gran mayoría al trabajo de la tierra y crianza de ganado, además de dedicarse al rubro de comercio, mayormente venta ambulante, también desempeñan oficios menores, con producción netamente dirigida a abastecer a un mercado local, reducido y con poca capacidad de pago.

En general la población afectada por la violencia tienen por común un bajo nivel de productividad y competitividad para operar y gestionar sus unidades productivas por el desconocimiento técnico y de Gestión Empresarial así como una baja oportunidad de acceso a la capacitación técnica, presentan debilidades para planear, organizar, dirigir, evaluar y controlar sus pequeños emprendimientos, no cuentan con un adecuado acceso a fuentes de financiamiento, debido a que al no tener activos no son sujetos de crédito de parte de las entidades financieras.

La limitada capacidad de los afectados para ofertar sus productos se debe principalmente a las limitadas capacidades técnico productivo así como la debilidad para la gestión de sus emprendimientos. La atomización de la oferta productiva y la carencia de un centro que congregue y brinde una asistencia directa que le de valor agregado a la producción de los afectados y los articule a un mercado mayor, así como una débil promoción e información de sus productos, explican ello.

Además, la violencia política tuvo sus graves consecuencias perjudicando a la organización comunal y las autoridades representativas, dejando como saldo el debilitamiento de las organizaciones comunales, ello agudizó los conflictos sociales, generó una crisis de liderazgo y ausencia de la participación ciudadana, de acuerdo al Plan Integral de Reparaciones de Apurímac.

Ello sumado a que la persistencia en el tiempo (más de dos décadas) de las secuelas del conflicto armado ha inhabilitado a los afectados como actores protagónicos de su desarrollo integral y sostenible. Estas secuelas se expresan tanto en la pérdida y/o debilitamiento del ejercicio de los derechos ciudadanos, como en la pérdida de capacidades y oportunidades de desarrollo personal; y La pérdida del capital social, material y productivo.

Si bien han transcurrido mas de dos décadas, las secuelas que trajo consigo el desplazamiento interno no han sido resueltas, por el contrario estas han profundizado la situación de pobreza y exclusión. Los procesos que debieron contribuir a la resolución integral del desplazamiento ya sea a través del reasentamiento y del retorno hasta el momento son inconclusos y precarios.

Hay que recordar que esta población sufrió la destrucción de la infraestructura económica y productiva, y tal como se informa en el PIR de la Región Apurímac: “La destrucción directa de tierras de cultivo básicamente se dio en aquellas que estuvieron orientadas a la producción agropecuaria de productos de consumo directo (cultivos de papa, maíz, habas, cebada, trigo y otros)”. Además, esta condición ocasiono el éxodo rural y el consecuente abandono de sus tierras y áreas pastoreo, así mismo, Sendero Luminoso impuso la propiedad colectiva en "granjas colectivas", reduciendo esto las áreas de producción y perdida de capacidad productiva local.

Como consecuencia del conflicto, el desplazamiento de estas poblaciones áreas más seguras ocasiono el debilitamiento y perdida de la estructura comunal y familiar, con ello el tejido social fue roto, así como los sistemas comunitarios de producción como la minca, el ayni, etc.

Ello redujo la capacidad productiva de los afectados, debilitó sus organizaciones y generó secuelas en su salud mental que deben ser atendidas a la par del desarrollo económico. Los afectados al centrar su producción dentro de una economía de auto subsistencia, uso de formas de producción tradicional o artesanal con insipiente tecnología, y estar desvinculados a mercados más grandes y con mayor capacidad de pago, entran a un círculo vicioso de pobreza.

Según información recogida en el Plan Integral de Reparaciones de Apurímac, en el plano individual se evidencia la depresión, sentimientos de desamparo, pérdida de confianza en sí mismo y en los demás y otras alteraciones emocionales como la angustia generalizada, temores, agresividad entre los afectados que se manifiestan en la relación que se establece con otros, en especial al interior de la familia.

En el plano familiar, una consecuencia importante ha sido la destrucción de la familia; provocando separación y la pérdida de algunos de sus miembros por desapariciones, muerte, amenazas, persecución (especialmente varones) y desplazamiento, por la necesidad de huir para proteger sus vidas. En el plano colectivo, el estado de desconfianza generalizada, temor, inseguridad, parálisis subjetiva y objetiva, generaron y/o agudizaron los problemas que ya existían en la comunidad como la pobreza extrema y los conflictos internos. Los vínculos interpersonales y los lazos de solidaridad fueron dañados. La identidad cultural se vio afectada por la imposibilidad de dar continuidad a las prácticas comunales, las costumbres y por tener que ocultar muchas veces el lugar de origen y el idioma.

Además, muchas comunidades silenciaron lo ocurrido por temor, lo cual ha dificultado su procesamiento y ha perpetuado a través de los años las secuelas dejadas por la violencia. Este proceso, quebró las redes de soporte comunitarias basadas en un sistema de organización y colaboración mutua. Estas no sólo permitían el intercambio de recursos y apoyo a nivel económico, cultural, informativo, afectivo, etc., sino que constituían un sistema de convivencia que posibilitaba la cohesión de las comunidades, la participación social, la organización, la recreación de su cultura y, en general, el desarrollo colectivo.

La población afectada por la violencia política se encuentra en una situación sumamente vulnerable y en riesgo social, debido a que existen indicadores económico-sociales que demuestran que dicha población se encuentra en situación de pobreza y pobreza extrema, en muchos de los casos. Es por ello necesario que se impulsen distintas políticas de apoyo para que la población mejore su situación actual.

Es por esta razón que la intervención en esta población debe hacerse desde un punto de vista integral, estrechando las acciones del área de Salud Mental y aquellas dirigidas a una mayor generación de ingresos, debido a que un alto porcentaje de los afectados aun viven con las secuelas de la violencia y ellos les impide realizar sus actividades de generación de ingresos normalmente y es que se enfrentan problemas de salud mental donde la violencia política vivida trajo consigo problemas colaterales, bastante acentuados en la zona, como es el estrés, depresión, ansiedad que recaen en violencia familiar, desintegración familiar y el alcoholismo.

La condición de pobreza, traducido en bajas capacidades técnico productivas y de gestión de sus emprendimientos, sumados a los problemas de salud mental que vive esta población, además de su dispersión geográfica, los hace invisibles a los proyectos de desarrollo.

Es por ello, que todo proyecto dirigido a esta población debe proponer el fortalecimiento de las organizaciones provinciales de afectados, y así poder llegar a aquellas personas dispersas. Además debe fortalecer a las Direcciones Regionales de Trabajo y a las Direcciones Regionales de Salud, para ello, todo proyecto debe plantear un entrenamiento a los afectados a través de los diferentes modulos demostrativos que se desprendan de los Corredores Económicos, las Potencialidades Regionales y las Cadenas Productivas identificadas por cada zona económica.

Para el caso de las zonas rurales y dependiendo de cada región, estas pueden darse a través de los siguientes módulos demostrativos como son: tejidos planos, joyería artesanal, artículos decorativos y utilitarios, cerámicas, crianza del cuy, fruticultura, apicultura, productos lácteos, panificación, mermeladas y cuidados de la minería artesanal.

En estos espacios trabaja la mayoría del grupo de afectados, también son parte de los corredores económicos de las regiones y son considerados como potencialidades regionales dentro de los Planes Regionales de Desarrollo Concertado.

Todo proyecto debe buscar con ello, asignarle mayor valor agregado a su producción actual de los afectados, enseñar a aquellos interesados en incursionar en nuevos temas productivos, articularlos a mayores mercados, con mayores volúmenes de producción, bajo una metodología adecuada a la realidad rural y de pequeños emprendimientos.

Dado que es una población que vive un periodo de estrés post traumático, debe incluirse una estrategia de Salud Mental Comunitaria, dirigida a fortalecer los lazos comunales y del entorno más cercano del afectado, aliviando a su vez sentimientos de estrés, ansiedad, depresión, dentro de una Cultura de Paz.

jueves, 5 de marzo de 2009

“Sistema de Vigilancia Comunitaria de crecimiento y desarrollo temprano de la gestante y del niño menor de tres años”

Este artículo describe la experiencia del Centro de Salud de Huanipaca, especialmente de las Comunidades de: Tambobamba, Pacobamba, Limanqui, Mutcapata, Kishuar y Sicllabamba, del Distrito de Huanipaca, Provincia de Abancay, Región de Apurímac.

Cambio de mentalidad. Ese es talvéz el mayor aporte del “Sistema de Vigilancia Comunitaria” promovido por el Centro de Salud de Huanipaca, el cual consigue demostrarle a los pobladores, que a pesar de la pobreza, es posible que sus niños vivan libres de la desnutrición crónica y crezcan adecuadamente.

Los resultados de esta iniciativa son evidentes, reducción del índice de desnutrición crónica del 42 al 16 por ciento, ampliación de 69 al 100 por ciento de los partos institucionales, incremento del 5 al 33 por ciento de las gestantes que son acompañadas a los controles por su pareja o por algún familiar y 13 por ciento de niños recuperados de la desnutrición crónica o del riesgo de esta, en las seis comunidades analizadas.

Esta experiencia nace en el 2003 y emplea a la “protección y promoción del adecuado crecimiento y desarrollo del niño” como nuevo enfoque de atención. Para ello, promueve la participación de la comunidad organizada, previo trabajo de sensibilización y motivación, implementa Centros de Vigilancia como espacios de monitoreo y seguimiento a las madres gestantes y niños menores de tres años, dirigidos por Promotores y Consejeros voluntarios, altamente motivados y permanentemente capacitados.

A diferencia de otras experiencias, esta iniciativa no contó con el apoyo económico de ninguna ONG para la realización de sus actividades, estas fueron financiadas básicamente por aportes de los propios trabajadores y últimamente por el CLAS Huanipaca.

Para concluir, diremos que el Sistema de Vigilancia Comunitaria, funciona, tiene como plus el soporte institucional y la sostenibilidad casi garantizada del mismo (En el último periodo municipal, el distrito de Huanipaca cambio cinco veces de alcalde. Esto no afecto el Sistema, ya que en dicho período se amplió a otras zonas), su implementación es de bajo costo, su replica es viable (ya se esta replicando) debido a que involucra el compromiso de los trabajadores y de la comunidad con su establecimiento de salud, para ello, cuenta con metas claras, indicadores ya creados, y con altas dosis de ingenio y creatividad.

PROBLEMÁTICA Y SITUACIÓN PREVIA

La experiencia a documentar se inicia en el año 2003, en el distrito de Huanipaca, perteneciente a la Provincia de Abancay, Región de Apurímac.

Huanipaca esta situada al norte de Abancay, entre los 3000 a 3800 msnm. La geografía del distrito al ser accidentada dificulta su articulación con otros centros de desarrollo, el clima varía dependiendo de las estaciones, así como las lluvias, las cuales son muy acentuadas durante los meses de diciembre a marzo, mientras que entre mayo y julio el frío es intenso debido a las heladas. Las actividades económicas predominantes en la zona, son la agricultura y la ganadería a pequeña escala. Las viviendas son de adobe y techos de calamina, con pisos de tierra, además carecen de saneamiento básico.

En el 2003, el distrito de Huanipaca presentaba un indice de desnutrición crónica mayor del 35 por ciento, una tasa de mortalidad infantil del 40,6 por ciento y una tasa de mortalidad materna de 4,2 por ciento[1]. En ese año la población de estas seis comunidades era de 886 personas, actualmente la población es de 960 personas.

Por lo general, el cuidado de la familia y específicamente de la salud del niño es responsabilidad de la madre, quien además debe de realizar tareas de pastoreo, el esposo se dedica a las labores agrícolas y a actividades comunales.

Al ser una zona víctima de violencia política, los padres viven los rezagos de la violencia, es así que muchos de ellos tienen problemas para demostrar afecto a sus hijos e incluso a su pareja. Se observa que la actitud del varón no es la adecuada a lo largo del embarazo de la pareja, cuando ocurre el parto el esposo usualmente se preocupa por preparar una comida especial para la madre y lo hace mientras dure el puerperio inmediato, luego continúa la indiferencia y la madre sola, afronta el crecimiento y desarrollo de su niño.

Con relación a la educación de la mujer, cabe señalar que el 33 por ciento de ellas no sabian leer ni escribir (en hombres era del 19 por ciento). En el caso de las gestantes, el embarazo de la mujer en un distrito como el de Huanipaca, se da en condiciones de gran fragilidad biológica como consecuencia de carencias alimentarias debido principalmente, a la precaria situación económica y a problemas medioambientales, que sumados al deficiente uso de los servicios de salud ponen en riesgo su adecuado desarrollo.

“…La práctica nos ha demostrado que gran porcentaje de los niños presentan un adecuado peso y talla al nacer, sin embargo, el desarrollo del neonato se ve mermado precozmente por las bajas reservas que dispone al nacer (como, por ejemplo, el hierro), por su reposición insuficiente como consecuencias de las carencias maternas y de la práctica inadecuada en torno a la lactancia. También se aprecia un déficit del crecimiento entre los 6 y 30 primeros meses de vida identificándose como causantes, la corta duración de la lactancia materna exclusiva y la inadecuada introducción de alimentos sólidos.” Dr. Roger Peralta. Médico de la Dirección Regional de Salud de Apurímac.

Esto motivo que tanto el Programa de Cooperación Perú – UNICEF y la ONG Cidesur – Atipaq establecieran del año 2000 al 2001 a Huanipaca, como una de las sedes prioritarias de intervención para la atencion materno perinatal. La ONG contrató personal externo para realizar labores intra y extramurales, a la par de aquellas realizadas por el personal del Centro de Salud de Huanipaca. Mientras tanto, la labor de UNICEF se limitó a brindar asesoría técnica y financiamiento a algunas acciones muy puntuales relacionadas con el binomio madre – niño. Este trabajo culminó en diciembre del 2001.

“Soy pobre y no tengo recursos, por eso mi hijo esta asi”. Esta frase ha sido la más escuchada por el personal del Centro de Salud de Huanipaca –autora de la buena práctica- durante estos años y nos ayuda a resumir, a su vez, el mayor impacto logrado por la misma: Cambio de mentalidad.

El cambio de mentalidad de la población se ha dado sin necesidad de grandes cantidades de recursos, ni la necesidad de contar con el apoyo de una ONG o de algún proyecto aparte. Se ha logrado, porque se le demostró a la población organizada, que el tema de la desnutrición no pasa necesariamente por un tema de recursos, sino de organización, de conocimientos correctos y de una intervención oportuna, además de reconocer que un niño desnutrido es un problema social.

Es así que nace esta experiencia a inicios del año 2003, con un personal de salud que descubre, gracias al apoyo y motivación del Programa de Cooperación Perú – Unicef (que solo tuvo un rol motivador y de asistencia técnica[2]), que es posible evitar la desnutrición desde un enfoque diferente. Esta iniciativa contagió a los demás miembros del Centro de Salud, diseñandose posteriormente el Sistema de Vigilancia Comunitaria - SVC, que reposa integramente en Promotores y Consejeros, altamente sensibilizados y constantemente capacitados, el mismo que busca en un primer momento evitar el inicio tardío de la atención prenatal, como del niño menor de tres años.

Antes de este Sistema de Vigilancia Comunitaria, el índice de desnutrición crónica era del 42 por ciento[3], los partos institucionales eran del 69 por ciento, los partos domiciliarios eran del 5 por ciento, la edad gestacional promedio de inicio de la atención prenatal era de 23 semanas, solo el 5 por ciento de las gestantes eran acompañadas por su pareja y el 13 por ciento de las gestantes preferían dar a luz en otro establecimiento.

Ello sumado a que muchas gestantes tenian temores infundados sobre sus atenciones en los Establecimientos de Salud y en el consumo del Suplemento de Hierro, además de no reconocer a la Estimulación Temprana como herramienta clave para el desarrollo de su niño.

Gracias a esta intervención, en lo que va del 2007, se ha logrado reducir la desnutrición crónica al 16 por ciento, el 100 por ciento de los partos son institucionales, el 100 por ciento de las gestantes del SVC prefirieron el Centro de Salud para dar a luz, la edad gestacional promedio de inicio de la atención prenatal se redujo a 15 semanas, se incrementó al 33 por ciento las gestantes que son acompañadas a sus controles por su pareja o por algún familiar, el 86 por ciento de las gestantes llegan con un peso adecuado al momento del parto, además el 13 por ciento de los niños menores de tres años, pudieron recuperarse de la desnutrición crónica o del riesgo a la misma.

Para el inicio de las acciones, el Personal de Salud confeccionó una línea de base a través de un diagnóstico previo, en base a ello, diseño formatos para el recojo de la información. Además. se revisaron las estrategias de alimentación utilizadas, y sobre ellas, se creando otras nuevas[4], previamente se emprendió un arduo trabajo de sensibilización comunitaria, donde el personal de salud debía dedicar horas adicionales fuera de su horario de trabajo para realizar actividades de sensibilización en comunidades, lo que le demandaba caminar durante varias horas al día, tanto de ida como de retorno, sabiendo por anticipado que estas actividades no podían ser reportadas ni percibirían ingresos adicionales por ellas.

Los resultados de esta experiencia han sido reconocidos por funcionarios de la DIRESA de Apurímac, los cuales han promovido pasantías de funcionarios de diversos distritos a Huanipaca, mostrando la experiencia como un modelo eficaz y de bajo costo. A raíz de ello, el distrito de Lambrama lleva un año replicando dicha experiencia con resultados tambien favorables. Igualmente, hace tres meses, se han instalado nuevos Centros de Vigilancia en las comunidades de Sorcca, Occopata, Ccoya.

Asimismo, el Sistema de Vigilancia Comunitaria ha establecido alianzas con el Sector Educación (quien brinda algunos espacios donde se realizan las capacitaciones en las comunidades), el Municipio (que esta apoyando en la compra de leche para un grupo de gestantes en alto riesgo, además de reconocer y motivar a los Promotores y Consejeros voluntarios[5]) y las Comunidades organizadas (aprovechando la gran mayoría de sus espacios comunales para hablar del Crecimiento Infantil Temprano). Igualmente, en los Centros de Estimulación Temprana se ha promovido una mayor participación del padre en el cuidado del niño, y para hacer frente a la falta de juguetes se motivó a que cada Padre y Madre creara los propios juguetes[6] de sus hijos. El personal de salud realiza Concursos inter comunidades, premiando a los juguetes más creativos.

Aunque en un primer momento, el SVC nace con la idea de atender el inicio tardío de la atención prenatal y del niño menor de tres años, posteriormente se va ampliando al incluir los Centros de Estimulación Temprana, a la par que se empieza a trabajar otros componentes adicionales, tales como: Educativo (a través de las actividades de IEC extramural), Saneamiento (Promoviendo las cocinas mejoradas y baños secos), Higiene (lavado de manos y corte de uñas), Agua Segura (uso de agua hervida), todo ello con una alta Participación de la Comunidad Organizada.

Con el fin de medir el costo / beneficio de la intervención, en la página 21 se calcula en aproximadamente S/ 140 soles mensuales, como costo aproximado del funcionamiento de un Centro de Vigilancia Comunitaria cualquiera, y la puesta en marcha de todas las actividades extramurales. Un anécdota que puede resumir el grado de sostenibilidad de esta buena práctica es el hecho de que en el último periodo municipal, el distrito de Huanipaca llegó a tener hasta cinco alcaldes, producto de una serie de procesos de revocatorias y circunstancias muy especiales[7]. Ello, sin embargo, no influyó en el buen desempeño del Sistema de Vigilancia Comunitaria, el que incluso logró, en dicho período, expandirse a nuevos poblados beneficiando así a una mayor cantidad de personas.

“Javier Mendoza Chipa a sus tres años de vida, ya no tendrá que experimentar las mismas carencias de afectividad que experimentaron las personas mayores a él, pues sus padres, al igual que muchos otros del distrito, vienen participando en las sesiones de afectividad promovidas por el Centro de Salud de Huanipaca, y ahora reconocen el inmenso aporte de la afectividad en la formación de Javier.

Ello lo ayudará a crecer seguro de sí mismo, mientras tanto se divierte con uno de los tantos juegos creados por sus propios padres, totalmente elaborados con productos locales con dones de magia y creatividad. Igualmente, y gracias a que el personal de salud como los promotores han orientado adecuadamente a sus padres sobre estrategias claves en su alimentación, el podrá contar con todo su potencial intelectual cuando tenga más años de edad, gracias a que se ha liberado de la desnutrición crónica que afecta a miles de niños en el Perú[8]”.

Paralelamente, Yovana Chipa de 18 años[9], recibe nuevamente en su casa al equipo de Promotoras de su comunidad, ellas vienen a visitarla y a felicitarla, pues las charlas sobre cuidado de la gestante, nutrición e importancia del descanso diario, además del soporte emocional, las visitas y el acompañamiento, han dado resultado. Yovana ha dejado de presentar bajo peso y ahora luce con orgullo la cartilla entregada en el Centro de Salud donde muestra un peso adecuado.

En otra comunidad, “María Velásquez de 25 años, se encuentra gestando con normalidad hasta que su esposo decide viajar a la ciudad de Lima por motivos de salud. María se queda sola con la preocupación, no gana peso, al contrario lo pierde y en unos dias ya esta en rojo (con bajo peso). Es allí cuando recibe la visita de la Sra. Nélida Chipa -Promotora de la comunidad- quien le brinda soporte emocional e información oportuna sobre alimentacion, cantidad y calidad de la comida, la importancia del descanso diario, con lo que María empieza a recuperar peso[10]”.


Testimonio de un Promotor:

“Juan Vargas[11] vive en la comunidad de Tambobamba, el se levanta todos los días a las seis de la mañana, previo aseo y preparación del desayuno, sabe que hoy debe ir a la casa de la Sra. Felicita Loayza, quien hoy cumple su sexto mes de embarazo, para cumplir con su labor de Promotor de Salud. Aquí Juan se encargará de resolver cuantas dudas tenga Felicita con respecto a su alimentación, para ello, verificará la tarjeta entregada a Felicita en el Centro de Salud, donde le otorgaron el “Paquete Mínimo de Monitoreo de la Gestante” y detectaron que no había ganado el peso suficiente, por lo que la han considerado de riesgo.

Esta información fue transmitida a Juan, quien presto y con una voluntad desinteresada, caminará durante mas de tres horas hasta el hogar de Felicita para realizar el seguimiento y monitoreo oportuno. Juan, al igual que los otros 27 promotores y consejeros, saben que este trabajo es duro, y que no recibirán ningún pago por el mismo, pero aún así, sabe que con su ayuda, el destino del hijo de Felicita y de los otros niños del distrito puede ser diferente”.

Juan anotará la situación de Felicita en el Croquis de la comunidad (con puntos verdes a fin de facilitar su ubicación), como en el Cuadro de Monitoreo, donde figuran todas las gestantes de la comunidad (si hubiera visitado a algun niño utilizaría también la Grafica de Desnutrición), y su situación con respecto al peso obtenido: Verde (si el peso ganado es adecuado), Verde Caña (si el peso no es óptimo y por lo tanto se encuentra en riesgo), y Rojo (si muestra bajo peso). Esta información, les permite al personal de salud y al grupo de Promotores y Consejeros, visualizar con mayor precisión, la situación de cada una de las gestantes y de los niños menores de tres años.

La alta prevalencia de desnutrición crónica en los niños menores de 3 años, se debía mayormente a:
§ El inicio tardío de la atención prenatal y del niño menor de tres años, que impedia establecer un plan de trabajo oportuno
§ Alta incidencia de casos de IRA y EDAS en los niños menores de tres años
§ Insuficiente ganancia de peso durante la gestación, que se veía reflejada en el bajo peso al nacer
§ Inadecuadas prácticas en la alimentación y en el consumo de proteínas animales
§ Deficiencias de hierro en los niños, reposición insuficiente como consecuencias de las carencias maternas y de la práctica inadecuada en torno a la lactancia, además de creencias erróneas
§ Escasa participación de la pareja durante el periodo prenatal, crecimiento y desarrollo de los niños
§ Violencia y maltrato infantil
§ Alto numero de partos domiciliarios motivados por la desconfianza y creencias erróneas con los Establecimientos de Salud
§ Niños con malos hábitos de higiene
§ Escaso protagonismo y empoderamiento de las autoridades y población para lograr cambios y mejoras


Lecciones aprendidas

§ No es suficiente que el personal de salud entregue información sobre prácticas adecuadas de alimentación, también deben incluirse espacios de observación directa tanto a las madres como a los padres de la información entregada.
§ Es importante un largo proceso de sensibilización antes de la puesta en marcha del Centro de Vigilancia Comunitaria, porque genera un proceso de dinámica colectiva, además que motiva la participación y la creatividad de la población e incrementa el grado de pertinencia de la iniciativa.
§ Es importante considerar e implicar a los hombres (padres de familia) en el diseño e implementación del proyecto. Es necesario diseñar estrategias idóneas para que el hombre, por su papel predominante en la estructura familiar y en la toma de decisiones, participe activamente en charlas en grupos de hombres o mixtos para lograr sensibilizarlos y motivarlos a que apoyen a la mujer y a sus hijos en materia de salud y nutrición.
§ La formación del agente comunitario debe contemplar no sólo una capacitación técnica sobre salud y nutrición sino también integrar temas como el liderazgo, manejo de grupos, dinamización social, los cuales promuevan un rol más completo y le den más fuerza al promotor, no sólo en su labor de consejero sino también en su papel de líder o movilizador social dentro de su comunidad. El promotor ideal debe tener ambos, los conocimientos técnicos y las habilidades de promoción social.
§ Por las dificultades del trabajo voluntario a realizar, y por la sostenibilidad de la figura del promotor como recurso de salud permanente en la comunidad, es de vital importancia considerar la motivación como estrategia permanente, además del reconocimiento por la labor cumplida.
§ Es muy importante involucrar a la población, y concretamente a la unidad familiar, en el seguimiento y monitoreo nutricional de los niños y mujeres gestantes. La implicación de la población y la responsabilidad de los líderes también tiene que trabajarse buscando un sistema de vigilancia nutricional comunitario permanente y capaz de ser sostenible.
§ Los Centros de Vigilancia no deben funcionar en locales alquilados por tema de sostenibilidad, tampoco deben funcionar en casas independientes, por que algunas personas se muestran reacias a participar por roces con la dueña de casa, estos centros pueden funcionar en espacios cedidos por la municipalidad, por personal del area de educación o por el de salud.

[1] Información obtenida del Plan de Desarrollo Concertado de Huanipaca, 2005 al 2010.Véase anexos
[2] El Programa de Cooperación Perú – Unicef fue un ente motivador y financió algunas actividades muy puntuales, como la compra del nuevo equipo de antropometría.
[3] Prevalencia de desnutrición crónica promedio de las seis comunidades materia de la intervención al 2003.
[4] Un claro ejemplo de ello, es la estrategia sobre el consumo del huevo y de la sopa, descrito en la página No 19.
[5] Hace poco se nombró el 20 de febrero como “Día del Promotor Huanipaqueño”
[6] Estos juguetes deben ser hechos con materiales reciclados, utilizando productos locales y deben ayudar a estimular al niño.
[7] El cambio de alcaldes se dio en primer lugar por la vacancia del alcalde electo, designacion de su teniente alcalde, revocatoria del mismo, elección de un alcalde provisional, entrega de cargo al accesitario, deceso repentino del mismo, y finalmente designación de su teniente alcalde. Con lo cual, el distrito cambio cinco veces de alcalde en un periodo municipal.
[8] Javier Mendoza Chipa nació el 13 de diciembre del 2004, y es parte del Sistema de Vigilancia Comunitaria implementado en la Comunidad de Pacobamba. El también participa en el Centro de Estimulación Temprana de la comunidad.
[9] Yovana Chipa recupero el peso adecuado en septiembre del 2004. Hasta el mes de agosto, ella figuraba como una gestante con bajo peso. Véase el primer nombre en el cuadro de monitoreo que se muestra en la foto.
[10] Testimonio de Nelida Chipa, Promotora de la Comunidad de Pacobamba.
[11] Juan Vargas es uno de los promotores más antiguos de la Comunidad de Tambobamba, apoya el Sistema de Vigilancia Comunitaria desde sus inicios.


Abancay. Noviembre del 2008.

Las Comunidades Saludables como experiencia de desarrollo del Capital Social

Este artículo documenta la experiencia del personal que labora en el Puesto de Salud de Llac-Hua (ubicado dentro de la Comunidad Saludable de Antapunco), Provincia de Cotabambas, Distrito de Haquira, Comunidades de Antapunco y Peccoy (también llamada Pachucani), Región de Apurímac.

La experiencia de Haquira tiene su esencia en la labor silenciosa de dos técnicos de enfermería que están a cargo del Puesto de Salud de Llac-Hua, dentro de la Comunidad de Antapunco, del mismo distrito de Haquira. Esta experiencia nace en el 2003, y las buenas prácticas que acompañaron los acuerdos logrados sobre la base del COSACO, producto del compromiso e ingenio de estos dos profesionales, son las que aquí se documentan.

Esta experiencia se desarrolla en una población rural, altamente dispersa, en zonas de difícil acceso y que vive los rezagos de la violencia política que azotó fuertemente al distrito. Igualmente, el mérito de esta iniciativa se debe a que para la puesta en marcha de estas acciones no han contado con un presupuesto aparte, ni con el apoyo financiero de alguna ONG, sino que funcionó solo con recursos de estos dos profesionales y la comunidad organizada.

Los resultados de esta experiencia son alentadores. Es así que al 2007, estas dos comunidades han logrado una reducción de la desnutrición crónica del 73 al 36 por ciento, han reducido a cero las muertes maternas y perinatales, así como los casos de neumonías. También han elevado al 100 por ciento los partos asistidos por personal de salud (antes 42 por ciento), a la vez que han diseñado y puesto en práctica una Red de Inclusión la misma que reposa en una comunidad organizada y altamente sensibilizada.

Esta iniciativa ha promovido mejores prácticas de nutrición, cultivo de biohuertos con productos diversificados, crianza de truchas como productos nuevos y complementarios, mayor valor de los productos cambiados en el trueque comunal, así como la provisión de alimentos para tiempos de mayor escases (friaje).

Así también, han logrado que el 85 por ciento de las madres y padres de estas comunidades mejoren su calidad de vida a través del mejoramiento de sus viviendas, un 70 por ciento cuente con agua segura, y un 80 por ciento cuente con biohuertos en sus casas donde cultivan algunos vegetales anteriormente desconocidos, así como frutas y tubérculos regados por aspersión, para lo cual han hecho uso de materiales reciclados.

Un plus adicional a esta iniciativa, lo representan las duchas solares, una mejor división de ambientes, una mayor ventilación e iluminacion de interiores, así como el diseño de muebles, todos esos diseñados y elaborados por los mismos pobladores, apelando al bien llamado “ingenio peruano".

El Puesto de Salud de Llac-Hua esta ubicado dentro de la Comunidad “Saludable” de Antapunco, a dos horas en carro del distrito de Haquira (provincia Cotabambas) y a tres más del distrito de Tambobamba. No hay ruta directa para llegar a Haquira desde la ciudad de Abancay (capital de la región), por lo que hay que viajar primero a la ciudad del Cusco y de alli emprender un viaje de aproximadamente doce horas en carro hasta la ciudad de Tambobamba.

La accesibilidad es el principal problema de la ciudad de Haquira, es por ello, que su comercio y la gran mayoría de sus actividades, son realizadas básicamente con la ciudad del Cusco. La mayor parte de las comunidades del distrito son rurales, altamente dispersas e insalubres. Con una población altamente desconfiada, que se sentía excluída y que vivía en permanente sobresalto a causa de los estragos dejados por la violencia política que azotó fuertemente al distrito. De igual manera, la lejanía y la alta dispersión de sus pobladores, provocaba un aislamiento cada vez mayor de las acciones emprendidas por el Estado y por particulares.

En el área de salud, existía una brecha muy alta entre la demanda y la oferta de los servicios de salud. Las comunidades seguían siendo usuarias del sistema tradicional de salud y percibían como última prioridad la atención en el Establecimiento de Salud. Esto explicaba el porque la gran mayoría de los partos eran domiciliarios.

Para explicar la experiencia documentada, antes debemos de remontarnos, al año 2000, para comentar el nacimiento de los COSACOS. Durante ese año, existían en la zona, dos ONGs que trabajaban el tema de salud: CARITAS y CADEP[1], las mismas que venían concluyendo su intervención en dicho ámbito.

Uno de los principales problemas que se percibian por esos años, se debía a que cada ONG formaba sus propios promotores, incluidos aquellos Promotores formados por el propio Centro de Salud de Haquira (con el agregado de que un promotor no podia pertenecer a dos instituciones al mismo tiempo), lo que representaba una pérdida de espacios y duplicidad de acciones.

Es por ello, que a iniciativa del Medico Raúl Chumpitaz – anterior Jefe del Centro de Salud de Haquira-, las ONGs y el Centro de Salud, acuerdan unificar sus acciones mediante la conformación de un Comité para la prevención de la muerte materna. Para ello, unificaron los criterios de intervención para todos los promotores. Posteriormente, se creó el Comité para la prevención de la mortalidad perinatal y tiempo después, el Comité para la prevención de la muerte infantil, con acciones específicas a implementar.

Esta experiencia funcionó en un primer momento, debido a que generó una movilización social importante. Tiempo después surge la idea de crear un solo Comité a todo nivel, al cual denominaron Comité Saludable Comunal (COSACO), el cual tenía a cada comunidad como ámbito de trabajo.

Para ello, el personal de salud, observó con detalle que la misma iniciativa estaba siendo imitada en el distrito de Mara (a 3 horas de viaje en carro), aunque con el error de que allí se nombró a un Promotor del Centro de Salud como Jefe del COSACO, con ello se vió que el problema seguia siendo el mismo, debido a que Salud seguía teniendo la responsabilidad de la comunidad y esta no lograba recaer en la comunidad organizada.

Vista esa experiencia en Haquira, deciden involucrar a las autoridades locales, a fin de que se reconozca que el problema era de la comunidad entera y no solo un problema del sector salud. Producto de ello, se crea el trabajo de las Redes Sociales como estrategia para involucrar a las autoridades del distrito y las de cada comunidad, entregándose la resposabilidad de salud a las autoridades de la comunidad; al Presidente, al Teniente, a los Agentes Municipales (o Ronderos), donde el Promotor cumplia las funciones de Fiscalizador. También se involucró a la Presidenta del Vaso de Leche, del Club de Madres, etc. Todos estos actores integraban el Comite de Salud Comunal - COSACO, los mismos que se agrupaban dentro del Comité de Salud Distrital- COSADI que funcionaba en el distrito de Haquira.

Esta experiencia vino funcionando adecuadamente, aunque se veía la necesidad de profundizar las experiencia, por lo que era necesario un equipo de gestión que aterrice los acuerdos logrados, ponga en marcha un sistema de vigilancia comunitaria y entregue información correcta sobre adecuadas prácticas de alimentación y nutrición a las familias de cada comunidad.

Esta iniciativa fue acogida por dos Técnicos de Enfermería que estaban a cargo del Puesto de Salud de Llac-Hua, dentro de la Comunidad de Antapunto, del mismo distrito de Haquira. Esta se dió en el año 2003, y es aquí donde surge la experiencia a documentar, las buenas prácticas que acompañaron los acuerdos logrados sobre la base del COSACO, producto del compromiso e ingenio de estos dos profesionales, son las que aquí se documentan.

Para el año 2003, el distrito de Haquira seguía teniendo uno de los índices de muerte materna y perinatal más elevados de la región. La desnutrición crónica afectaba a más del 50 por ciento de los niños menores de tres años, aunque en las dos comunidades documentadas la desnutrición crónica llegaba al 73 por ciento. El 5 por ciento de los niños menores de tres años sufrían los estragos de neumonías graves o muy graves, a su vez, el 15 por ciento de los niños tenían diarreas con la consiguiente pérdida de los micronutrientes.

Tan solo el 46 por ciento de las gestantes eran atendidas por profesionales de salud en el momento de su parto. Las viviendas de las poblaciones eran oscuras, sin ventilación adecuada, con animales compartiendo el mismo espacio que los alimentos y los espacios de descanso de las personas. Sin un adecuado saneamiento básico y con malas prácticas de higiene y de alimentación.

Esta situación ocasionaba altos índices de IRAS y EDAS sobre todo en los niños menores de tres años. Los cuales se agravaban en épocas de friaje, época donde se elevaban ostensiblemente los casos de neumonía en sus diversos niveles de gravedad.

Entre los principales problemas que tuvo que afrontar tenemos:

· Población altamente dispersa, que vive en zonas de poca accesibilidad, con malas prácticas de alimentación, desconocimiento del valor nutritivo de sus productos locales, dificultad para el acceso de alimentos de alto valor proteico, además de la poca disponibilidad de alimentos de origen animal en la zona.
· Escaso recurso humano, solo existen 2 técnicos de enfermería para una población de 1435 personas. Ambos están a cargo del Puesto de Salud de Llac-Hua.
· Inexistencia de una adecuada asesoría técnica en la localidad, lo que ocasionó que el personal de salud realice el ensayo – error, para la construcción de las refrigeradoras rurales, duchas solares y otros.
· Falta de presupuesto para la puesta en marcha de estas acciones.
· Reticencias de parte de la población adulta ante una mejora en su calidad de vida, por lo que se tuvo que trabajar con los jóvenes en un primer momento.
· Creencias erróneas de los varones en el cuidado de la gestante y del niño menor de tres años. Esto se complicaba con la existencia de un alto machismo en la zona.
· Deficiente servicios básicos, los cuales incrementan la morbilidad por enfermedades prevalentes.


Entre las principales Lecciones Aprendidas de esta experiencia tenemos:

· La población se comprometió realmente cuando uno de los miembros del Puesto de Salud mejoró la ambientación de una de las viviendas, utilizando productos locales y materiales reciclados. Desde esa experiencia la población vio que realmente era posible mejorar su calidad de vida sin necesidad de dinero, por lo que, apoyaron esta iniciativa de manera decidida. Con lo cual podemos determinar que el evidenciar resultados es muy importante para el compromiso de actores sociales.
· El enfoque de comunidades saludables se centra en la construcción de redes sociales que permitan la inclusión de comunidades excluidas, con lo cual, reposa en ellas toda su organización, a través de un amplio trabajo de empoderamiento comunal.
· Los COSACOS permiten a las comunidades concertar acciones y proponer alternativas de solución bajo una cultura de paz.
· Los Planes Comunales deben ser insumos para la planificación de los gobiernos locales, de esta manera se gana legitimidad y se pueden articular políticas hacia ámbitos más grandes.
· Se deben aprovechar espacios de las iniciativas locales para trabajar en otros sectores donde la población puede experimentar directamente mejoras en su calidad de vida.
· Inicialmente se concibió al COSACO como una organización más en la comunidad, pero el enfoque de COSACO debe ser entendido como un espacio de concertación comunal.

[1] CADEP se retiró de la zona en el 2001, mientras que CARITAS lo hizo dos años después, en el 2003.


Abancay. Diciembre del 2008.