sábado, 3 de julio de 2010

El Presupuesto Participativo y los Grupos Sociales

Este estudio nace de una pregunta muy simple: si la receta para la reducción de la pobreza ya ha sido descubierta, vista esta receta como una inversión centrada en el desarrollo de las capacidades de las personas, entonces, ¿los distritos más pobres de las regiones más pobres están haciendo uso de ella? Para conseguir una respuesta, la presente investigación realiza un estudio de caso del distrito de Tumay Huaraca (provincia de Andahuaylas, Región Apurímac), único distrito que ocupó tres de los últimos lugares en el ranking de desarrollo humano de su región y que, además, es parte de una de las regiones ubicadas en los tres últimos lugares del mismo ranking a nivel del país en las dos últimas mediciones.

Un primer alcance de la investigación es que la población en una comunidad está conformada por grupos sociales distintos entre sí, y que para identificarlos es preciso ponderar siete variables socioeconómicas: sexo, edad, remesas de personas de fuera de la comunidad, grado de estudios alcanzado, analfabetismo, oficio desempeñado y tamaño de la parcela. Un segundo alcance se da desde el lado de los tomadores de decisiones, donde la investigación descubre que los mismos no consideran que existan grupos sociales que se diferencien por necesidades y demandas diferentes entre sí, y que si bien tienen una idea de lo que es el desarrollo humano, poseen deficiencias en el tema de las capacidades para llevar a cabo esta propuesta.

La investigación también demuestra que el mecanismo del Presupuesto Participativo tiene problemas de fondo que limitan su funcionamiento, toda vez que en él sólo participan los grupos menos pobres y aquéllos con mayor grado de estudios alcanzados, priorizando, a su vez, demandas que no benefician a los más vulnerables, sino sólo a unos cuantos grupos sociales.

La investigación plantea la diferenciación social y la desigualdad de género como parte de la realidad local y la enorme agenda que tiene la Gerencia Social en este sentido. Dentro de esta diversidad social, las libertades de las mujeres son las más vulneradas. En el estudio de caso (distrito de Tumay Huaraca), las diferencias se dan mayormente por una menor educación (mayor índice de mujeres analfabetas que de hombres), menor posesión de recursos (tenencia de una vivienda y de una parcela, considerando también la extensión de la parcela y el costo de alquiler de una), sumados a los ingresos que los adultos y adultos mayores pueden percibir de aquellos familiares directos que ya no viven en el distrito, pero que envían transferencias ya sea en bienes o en dinero, y donde se observa que la violencia política dejó un gran número de mujeres adultas mayores en completo abandono.

Éstas son las variables generadoras de desigualdad en un mismo espacio y son aquéllas en las que los tomadores de decisiones locales deben centrar sus esfuerzos para establecer una base necesaria sobre la cual se pueda ampliar la capacidad de elección de los individuos, lo que también se entiende como ampliación de sus libertades, principio básico para un real trabajo en pro del desarrollo humano.
 
 
David Del Castillo RC.
Abancay, 22 de julio del 2010

LAS PRIORIDADES DEL DESARROLLO HUMANO EN EL PERU PROFUNDO